En Libia reina el caos y el descontrol. A punto de desintegrarse en otra guerra civil, el país africano se parece más a un estado fallido que al proyecto de democracia que surgió al calor de las primaveras árabes. En 2011, milicias rebeldes hicieron caer, con ayuda de la OTAN, el régimen totalitario del coronel Gadafi después de cuatro décadas de represión. Pero tres años más tarde y cinco gobiernos después, las autoridades libias no han sabido estabilizar el país ni concluir la transición en un régimen democrático. Las milicias extremistas se han extendido y controlan varias zonas de Libia.
Bernardino León no cree que el país africano sea un gran nido de terroristas aunque reconoce que en algunas zonas concretas y en los alrededores de Bengasi “están combatiendo yihadistas, vinculados al Al Queda y también al Estado Islámico, pero eso no quiere decir que las milicias que están se enfrentan en Libia sean terroristas”.
Copenhague, 2 oct (EFE).- El Parlamento danés aprobó hoy por 94 votos a favor y 9 en contra enviar siete cazas y hasta 140 soldados a la coalición internacional encabezada por Estados Unidos que lucha contra el grupo radical Estado Islámico (EI) en Irak.
Un enjambre de grupos armados, bandas tribales y milicias rivales, toda una mezcla explosiva, combaten entre sí para controlar zonas estratégicas o los pozos petrolíferos del país. La coalición de milicias denominadas Al Fayer (Amanecer) controlada por hombres armados de la ciudad de Misrata (al este de Trípoli) comenzaron, el pasado mes de julio, una ofensiva contra fuerzas de la ciudad de Zintán, situada a unos 170 kilométros de la capital libia, para controlar partes de Trípoli como el aéropuerto internacional.
Sobre este punto presentó un plan de cinco líneas para conseguir la pacificación del país; que abarca el desarme y expulsión de grupos violentos, recuperar el control sobre Trípoli, permitir el reingreso de misiones diplomáticas, establecer una cultura de diálogo entre todos los sectores del país y firmar un acuerdo con las naciones del Mediterráneo para luchar de forma conjunta contra el terrorismo.
“El proceso de transición política se está enfrentando al mayor desafío desde la revolución. Crece la división en el país. La violencia y la intimidación es rampante” explicó Ban durante la introducción al encuentro.