—Era un viaje que estaba previsto desde hace tiempo. El viernes había dicho que no podía venir, precisamente por lo que vivieron mis compañeros, pero el sábado cambió la situación. Nunca tuve ninguna duda. De hecho, hubiera querido venir antes. Estaba a cargo de la cobertura desde allá, había mucho por hacer y se da en este momento que también me parece indicado. Creo que cualquier periodista quiere llegar justo cuando empieza todo.
—Estamos esperando respuesta de la Fiscalía, pero hasta ahora nada. También estamos tramitando una entrevista con la ministra de Comunicación e Información, Delcy Rodríguez. Estamos tocando puertas. Es pública la invitación que le he hecho al presidente Nicolás Maduro y la reitero: “La hora del programa es para usted, en el afán de que no puedan calificar el trabajo que hemos hecho de parcializado”. La idea es abrirles la puerta, si ellos no quieren entrar a la fiesta es problema de ellos, están invitados. Les agradezco que me dejen trabajar aquí y que aprovechen el espacio para hacer el balance necesario. Cuando en Conclusiones no tenemos respuesta de la parte oficialista, utilizamos material de las cadenas nacionales para presentar su punto de vista.
—Porque en esta historia hay dos partes y teníamos un testimonio muy fuerte, que tiene mucho peso, que es el del general Vivas; pero había que encontrar el contrapeso que conseguimos el martes en la mañana: la versión del líder de los tupamaros Alberto “Chino” Carías, que le da el perfecto balance. Por otro lado, también le estábamos dando 24 horas a la Fiscalía para darnos una respuesta de los presuntos cargos que le quieren presentar al general. También hay que considerar que soy extranjero y tengo que respetar las leyes de este país. Había un trámite pendiente todavía con el Ministerio de Comunicación e Información para la acreditación de mi equipo, para que nos permitieran trabajar en el país. El lunes el tiempo se nos hizo muy corto y no teníamos las credenciales, pero ayer amablemente nos las dieron. La gente especuló mucho en las redes sociales, pero no hay nada extraño. Yo nunca permitiría que me censuraran, no lo han hecho antes y menos en CNN.
—De ninguna manera. Para asumir la responsabilidad de una cobertura tengo que empaparme 100%. Para eso he utilizado muchas cosas: contactos, monitoreo de sistemas de comunicación, revisión de videos y fotografías… Abrí una cuenta de correo para que la gente me enviara material. Todo esto para poder entrar de lleno. En mi caso particular también tengo dos o tres años cubriendo la fuente de Venezuela cada vez que hay un acontecimiento importante. Eso me ha permitido estar actualizado y darle seguimiento como periodista al caso. La perspectiva no ha cambiado, más bien he tenido acceso a otros elementos. CNN no solamente se ve en Venezuela, también tengo que pensar en la audiencia internacional para que entiendan qué es un tupamaro o por qué el general salió con un fusil, si el movimiento es solamente estudiantil… Y eso me lo he tomado muy en serio, porque una forma de que esto pueda salir en el plano internacional es presentarlo en su contexto general. Creo que lo que aporta estar en el país es la sensación. Aquí me encuentro con las barricadas, voy en moto para poder llegar a un punto, todo eso me permite vivir lo que experimentan los venezolanos.
Del Rincón llegó el lunes al país para ahondar más en el tema, buscar protagonistas de los sucesos y ser testigo en primera persona de los acontecimientos. Tiene planeado regresar el fin de semana a Atlanta, a menos de que la agenda le demande prolongar su estadía.
“Conocer algunas de sus historias de éxito, las circunstancias económicas bajo las que se han producido, y algunas de las personalidades que las han hecho posibles” son algunos de los temas que se tratarán el miércoles 26 de febrero en el Gimnasio Moderno de Bogotá.