La serie consta de cuatro episodios. El primero se verá este viernes y está dedicado al presentador. Los siguientes se emitirán el 14 de noviembre (el informativo), el 21 de noviembre (la noticia) y el 28 de noviembre (el futuro).
En público, la Comisión cierra filas con sus políticas, pese a que Alemania, Francia e Italia están ya en mala posición. El informe presentado, sin embargo, incluye un reconocimiento explícito del fracaso en la gestión de la eurozona: “La recuperación europea es particularmente débil, no solo en comparación con otras economías avanzadas, sino con otros episodios de crisis financieras”. El legado de la Gran Recesión, en fin, es particularmente áspero con Europa, en parte por una gestión que los mejores economistas internacionales califican de desastrosa. Y que pese a todo no tiene visos de cambiar: Bruselas sigue presumiendo de que la política fiscal en la eurozona es “neutral” para el año próximo, cuando el FMI, la OCDE, el G-20 y sobre todo el BCE reclaman claramente otra cosa.
El invierno del descontento que empezó con el estallido de la Gran Recesión sigue perfectamente instalado en Europa. La Comisión Europea presentó este martes sus previsiones de otoño, que básicamente retrasan un año cualquier cosa que se parezca a una recuperación continental. Bruselas revisa a la baja todos sus pronósticos —y aun así es más optimista que el consenso de los economistas, que ven un panorama más sombrío— y constata que el club del euro se enfrenta a un largo estancamiento e incluso atisba la que sería su tercera recesión en seis años a poco que las cosas se tuerzan. La enfermedad japonesa es ya la enfermedad europea: bajo crecimiento y muy baja inflación que complican la digestión de un empacho de deuda sensacional. Malas noticias para España, que hizo sus deberes con la promesa de una primavera económica que no termina de llegar: tras aplicar un paquete de ajustes peliagudo, la cruda realidad es que el frenazo de Europa lastra también la cada vez más vidriosa reactivación española.
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El presidente de la Academia de Televisión, Manuel Campo Vidal, manifestó que esta serie “es especialmente oportuna ahora, en este momento, un tiempo en el que existe una batalla política de transformación y también una batalla social de transformación que necesariamente van a sustanciarse en una batalla informativa muy interesante”. Para Campo Vidal es un tiempo en el que “la televisión recupera la centralidad, una centralidad que vuelve a poner de manifiesto esta serie”, afirmó.
Ese sentimiento de urgencia entre la academia y en instituciones como el BCE no aparece en Bruselas. Y eso deja en un lugar complicado a España. “El mayor riesgo para España es la desaceleración de la eurozona”, explicaron fuentes de la Comisión. Eso no deja de ser una paradoja, tras un paquete de reformas estructurales que perseguía mejorar la competitividad internacional para conseguir una salida de la crisis vía exportaciones. Bruselas y la crisis financiera impusieron a España una devaluación interna, pero a día de hoy la economía española resiste el embate de la desaceleración europea gracias a la demanda interna.