La liga de ftbol libia se juega en estadios vacos por razones de seguridad. Ante el deterioro de la situacin que se vive en el pas norteafricano, las autoridades prohibieron que los aficionados asistieran a los partidos porque nadie era capaz de controlar a las bulliciosas multitudes, que acudan armadas a las gradas.
Otros futbolistas del equipo han recibido amenazas. Y hace una semana, cuando Al Ahly empat 1-1 contra el Al Suwaihli, tres hombres tirotearon a los jugadores desde un coche. El entrenador, el egipcio Hosam al Badri, fue despedido y el asalto le afect tanto que regres a su pas inmediatamente.
Tras estos buenos resultados, Repsol continuar la campaa exploratoria de esta zona, que comenz en 2013 y que se espera que concluya a finales de 2015. La compaa espaola es la operadora de bloque, con un 40% de la participacin, que comparte con la austriaca OMV y la francesa Total, que disponen de un 30% cada una.
“Atacan a Al Ahly porque estamos teniendo buenos resultados en la liga”, era la conclusin que el presidente del equipo, Sasi Buown, revelaba al peridico Libya Herald. Pero el pulso de las milicias contra Al Ahly ilustra muy bien lo que est pasando en Libia. Los antiguos rebeldes se negaron a entregar las armas nada ms terminar la guerra y, desde entonces, su poder no hace ms que ir en aumento.
A su lado, el Gobierno del liberal Ali Zeidan es constantemente cuestionado por su “ineficacia”, sobre todo por ser incapaz de integrar a las milicias en un ejrcito regular y una polica. Un gran problema que puso de manifiesto su secuestro. “Fue una seal de alarma seria”, dice Amirah.
Y el caso ms flagrante de que el pas entero se deshace como un castillo de naipes ante la ley impuesta por los ‘zuwar’ es el secuestro exprs del primer ministro libio, Ali Zeidan, el pasado 10 de octubre.