Con suerte, el visitante podrá ver cómo la mascota oficial de la muestra, una persona ataviada en un disfraz de excremento, acompaña con sus bailes a una decena de retretes parlantes, mientras entonan una canción cuyo estribillo reza alegremente “arigatoire” (una mezcla de las palabras gracias y toilet en japonés). (Efe)
El Gobierno japonés considera desde hace años la resolución de los secuestros como condición primordial para levantar las sanciones y normalizar los lazos con Corea del Norte, Estado que no reconoce y con el que no mantiene relaciones diplomáticas.
La exposición ¡Vamos váter! El futuro de nuestro planeta y nuestras heces se exhibe en el Museo de Ciencias Emergentes de Tokio. Se trata de un inusitado tributo al retrete, invención que en Japón alcanza la mayor de las sofisticaciones tecnológicas.
Pyongyang ya ha entregado a Tokio una lista con 10 nombres de japoneses que viven en Corea del Norte en la que se incluyen algunos que fueron secuestrados, según revelaron al diario Nikkei fuentes del Gobierno nipón.
La cancillería de Corea del Sur insistió en que “bajo ningún concepto el Gobierno de Japón ha de tomar medidas que puedan dañar los tratados de cooperación entre Washington, Seúl y Tokio sobre el programa nuclear norcoreano”, según el comunicado.
Las medidas punitivas japonesas sobre Corea del Norte incluyen la congelación de activos de organizaciones y personas ligadas al Estado comunista y restricciones en los visados para residentes norcoreanos en Japón y el envío de remesas de éstos.