Durante las tareas de rescate tras el naufragio y que duraron varios días, los buzos relataron siempre «la labor desgarradora» que estaban realizando al tener que sacar uno a uno los cuerpos de los inmigrantes hacinados en la bodega del pesquero.
Sóller ha revivido este lunes, un año más, con el tradicional simulacro del Firó, la histórica batalla de los sollerics contra las tropas corsarias de Eludj Alí, ocurrida el 11 de mayo de 1561, cuando, según las crónicas, unos 1.700 corsarios argelinos desembarcaron en la agreste zona costera de Sóller conocida como Ses Puntes con el propósito de hacer cautivos el màximo número posible de habitantes del Valle, decididos a acabar con la vida de todos los que se enfrenatran a ellos.
La prensa italiana difundió ayer un vídeo de los equipos de rescate que intervinieron en el naufragio del 3 de octubre en el que murieron 366 inmigrantes ante las costas de la isla italiana de Lampedusa y que muestra como cientos de personas quedaron atrapadas en las bodegas del barco.
El momento más emotivo del día llegaba cuando el Capità Angelats, ya anocheciendo, proclamaba la victoria desde el balcón del Ajuntament junto a sus lugartenientes. y recitaba laos versos de la tradicional “Exaltació de la Victòria”. Miles de participantes cantaban al unísono y con gran emoción La Balanguera y agradecían a la Mare de Déu de la Victòria que, una vez más, se hubiera puesto a su favor para salvar el pueblo de la salvaje codícia de los invasores. La celebración terminaba con la devolución de la Virgen a la iglesia del Hospital, pero no terminó la fiesta ya que continuó hasta la madrugada con música y alegría.
Ya anochecía cuando los hombres que bajo el signo de la media luna intentaban hacerse con vidas y bienes fueron totalmente vencidos y, los supervicientes, tuvieron que huir por donde habían venido.
Allí, ante miles de espectadores, la tropa payesa recibía a los corsarios con una lluvia de piedras de honda y tiros de arcabuz mientras sobre la arena de la playa se llegaba al cuerpo a cuerpo lllegándose incluso a enfrentar personalmente Joan Angelats con el cabecilla corsario. Una vez rechazado este primer ataque se repetía el intento de desembarco en la playa d’en Repic, consigiendo en esta ocasión los moros poner pie a tierra y, venciendo al destacamento payés, adentrarse en el Valle para dedicarse de pleno a la rapiña.