Esa zona, situada en el Mar de China Oriental, engloba al archipiélago de las islas Senkaku, bajo control japonés y reivindicado por Pekín con el nombre de Diaoyu. También incluye un islote, Ieodo, que se disputan Seúl y Pekín.
Hoy, un avión militar japonés sobrevoló la zona de defensa aérea china sin avisar a las autoridades de Beijing, en forma similar a lo que hicieron dos bombarderos de EEUU el martes.
China exige que los aviones que atraviesen la ADIZ se identifiquen y presenten sus planes de vuelo, si bien insiste en que la zona no se dirige contra ningún país y no afectará a las rutas comerciales.
En plenas tensiones, el vicepresidente de EEUU, Joe Biden, realizará una visita a Japón, China y Corea del Sur la próxima semana, en la que pedirá “claridad” a Beijing acerca de sus planes con la zona de defensa aérea, según anticipó la Casa Blanca.
La reacción de las autoridades chinas fue hasta ahora comedida, pero la presión interna crece en el gigante comunista asiático para replicar a las incursiones en la zona aérea de identificación (ZAI), cuya creación fue anunciada el sábado.
En un comunicado, la portavoz del Departamento de Estado Jen Psaki indicó que la libertad de sobrevuelo y otros usos legales internacionalmente del mar y el espacio aéreo son esenciales para la prosperidad, la estabilidad y la seguridad en el Pacífico.