La burla, aunque ácida, era entonces justificable. A lo largo de las últimas cuatro décadas todos los presidentes habían prometido lo mismo –acabar con la dependencia de fuentes de energía externa– sin siquiera arrimarse a la meta. Obama, como sus antecesores, también se equivocó. Pero por razones totalmente contrarias.
Lo que si es claro es que EE. UU., pese a continuar siendo el principal consumidor del mundo, ha dejado de ser un invitado de piedra en el ajedrez del mercado internacional del crudo.
Aún así Jeff Lane, exsubsecretario de Energía para Asuntos Legislativos de la administración Obama y hoy consultor en la firma de abogados Denton, cree que el factor más relevante en el mapa del mercado petrolero es sin duda el nuevo rol de EE. UU.
Mientras tanto, EE.UU. bombardea diariamente Siria, ostensiblemente porque EE.UU. est en guerra con el EI, pero daando seriamente al mismo tiempo la capacidad petrolera del pas (un tercio del presupuesto del Gobierno sirio), las capacidades militares del Gobierno, su infraestructura, incluso sus graneros, cobrando innumerables vidas inocentes, destruyendo sitios antiguos; lo que causa que sea altamente improbable que sea posible la recuperacin de Siria dirigida por Asad o por cualquier otra persona. Es indudable que Washington est buscando manera de devastar tambin Irn bajo la cobertura de combatir contra el EI.
“Si bien hay muchos factores internacionales que contribuyen a la baja en los precios del crudo, entre ellos el alza de la producción en Libia, la parálisis de las economías en Europa y la baja demanda tanto en el Viejo Continente como en Japón, no hay duda que el incremento de la producción en EE. UU. es muy importante. Las nuevas tecnologías han contribuido a una mayor producción, al punto que algunos legisladores ya están pidiendo que se revalúe la prohibición a la exportación de crudo que está vigente desde los años 70”, dice Lane.
La caída del precio del petróleo tiene en alerta a las autoridades económicas del país debido a los ingresos que se dejarán de percibir. Según el ministro de Minas y Energía, Tomás González, por cada dólar que caiga el petróleo durante un año, la Nación deja de percibir unos 400.000 millones de pesos por las menores utilidades de Ecopetrol, la caída de los impuestos y las regalías.