A pesar de que la oposición reclamó su dimisión inmediata, Ana Botella ha reiterado en diversas ocasiones que nunca se lo ha planteado. Tampoco se ha pronunciado sobre si será la cabeza de cartel del PP para las elecciones de 2015. Pesos pesados del partido consultados por este medio creen que la mala gestión de aquella crisis, sobre todo por la escapada a un spa portugués el mismo fin de semana de autos, pasará factura a la alcaldesa de Madrid. En el último pleno municipal celebrado esta misma semana, el portavoz de UPyD, David Ortega, echó en cara al Gobierno municipal que se reabriese el recinto sin subsanar los errores.
El suceso puso en el punto de mira la gestión y la responsabilidad municipal en la muerte de estas jóvenes. Ana Botella presentó su reconstrucción de los hechos el día 15, dos semanas después de los hechos, en una comparecencia en la que se negó a responder preguntas. El ayuntamiento culpa a la organización, que precintó al menos dos salidas y no respetó el aforo por planta, y ha evitado a toda costa asumir ninguna responsabilidad. El equipo municipal puso en marcha entonces una comisión de investigación en la que, gracias a su mayoría, prohibió la comparecencia de la propia alcaldesa; de Concepción Dancausa, la segunda teniente de alcalde que diseñó el informe municipal; la de los funcionarios y la de todos políticos que no se ceñían al ámbito municipal. Cristina Cifuentes, delegada del Gobierno, defendió la labor de la Policía Nacional que puso en duda Botella. Vigilar aquella noche el edificio del Madrid Arena no era su labor, según la versión que aún mantiene la Delegación.
La proyección fílmica de múltiples incursiones de la bailarina en la obra permitió al público asistente al Teatro de la Maestranza de Sevilla, España, apreciar por qué se dice que con ella hubo un antes y un después para el personaje.
El huracán Arena se llevó por delante a tres de los hombres más cercanos a la alcaldesa de Madrid, sentenciada desde el mismo fin de semana de autos, cuando continuó con los planes previstos para el puente de Todos los Santos y se fue a un spa a Portugal con toda su familia. Tres concejales se descolgaron del organigrama municipal en las semanas posteriores. El primero en caer fue Pedro Calvo, responsable del área económica y presidente de Madridec en el momento de la tragedia, todavía en nómina del ayuntamiento como concejal raso. Dimitió apenas dos semanas después de los trágicos sucesos, el día que fue imputado.
Gómez también calificó de estupenda la interpretación de Ernesto Díaz en Hilarión, deliciosa la caracterización de las amigas de Giselle en el primer acto y conmovedora el aura sobrenatural que consigue la veintena de willis en el segundo, con sus trajes vaporosos y sus coronas de flores.
Pero el desastre no se produjo sólo por el exceso de aforo. En el edificio municipal también fallaba la normativa de seguridad. De hecho, los técnicos de Urbanismo del consistorio encontraron hasta 18 deficiencias en el recinto dos años antes y todavía no se habían resuelto cuando se consumó la tragedia. Entre las irregularidades que presentaron en la documentación técnica destaca que el número de los pasillos para salir del recinto a la calle era insuficiente y que el pabellón era inaccesible para bomberos en el caso de que hubiera habido fuego dentro del recinto.