¿Tienes una tienda? ¿Has pensado en dar el paso a la vida virtual? ¿No? Pues entonces permítenos decirte que estás perdiendo el tiempo y, seguramente, bastante dinero, puesto que hoy en día quien no lo haga así pierde inexorablemente el tren de la modernidad. Bueno, en realidad tendríamos que decir el tren del presente, porque aunque algunos se nieguen a verlo lo de Internet es ya casi asunto del pasado…
Pongamos como ejemplo el asunto de las papelerías virtuales, en las que poder conseguir material para oficina, artículos para el colegio, etc. No solamente porque se han puesto de moda, sino porque resumen a la perfección lo que tiene que ser una página Web: sencilla de manejar, intuitiva, con gran seguridad en los pagos, etc. Eso es lo que queremos de una empresa que tenga un sitio virtual que sea su enseña, así que estaría bien que le echases un vistazo al enlace que te hemos ofrecido para que veas de qué estamos hablando.
Teniendo en cuenta lo dicho, nosotros deberíamos poder poner en marcha algo así, algo bastante práctico que nos ofrezca un modo pertinente, lógico y adecuado de que la gente nos conozca y se convierta en cliente nuestro. La fidelización es algo que siempre nos ha parecido esencial en la vida, porque un negocio depende de la savia que le aporta el abono de los pagos de los usuarios. Así que “capturar” a todos aquellos que pueden convertirse en clientes potenciales nos aportará un plus de funcionalidad.
Vale, al menos te vamos a admitir una cosa: es posible que no sepas cómo poner en marcha una página Web, pues las cosas no son tan sencillas como algunos creen. Así que lo más adecuado es que le confíes la creación de tu página a una empresa que sea profesional, porque el efecto que tendrá será mucho mejor. Es cierto, lo mismo nuestro cuñado o nuestro primo, o el hijo de la vecina, saben mucho de informática y montan unos vídeos de comuniones espeluznantes (en todos los sentidos). Pero créenos, es bastante más lógico tener a mano a quien puede ofrecernos una herramienta bastante interesante y que dé imagen de seriedad.
Pues hale, ya sabes que tienes tarea. Te toca comprar un billete en primera hacia lo obligado hoy en día, que no es otra cosa que cambiar el mostrador por el ratón y la pantalla. Te costará trabajo, a veces te frustrarás, maldecirás en buen latín, pero ten por seguro que al final no te arrepentirás ni lo más mínimo de habernos hecho caso. Al fin y al cabo nuestros hijos son los que van a heredarlo todo, lo bueno y lo malo, y ellos son seres tecnológicos. Así que no estaría de más acostumbrarse a su modus operandi, ¿no crees?