Con este desaire deliberado no estaba claro qué se podría lograr en las conversaciones. En su discurso de apertura, el presidente Oleksandr Turchynov dijo que las autoridades estaban “dispuestas al diálogo”, pero insistió que éste no incluirá a los separatistas que han tomado edificios del gobierno y combatido a las fuerzas oficiales en el este.
Oleksandr Efremov, líder del Partido de Regiones en el Parlamento de Ucrania, la base de apoyo del derrocado presidente Viktor Yanukovych, expresó esperanza en que se realicen las discusiones en el este del país, “donde las cosas son percibidas de una manera diferente”.
“Tengamos un diálogo, discutamos propuestas concretas”, dijo Turchynov. “Pero la gente armada que tratan de librar la guerra contra su propio país, los que tratan de imponer armas en mano su propia voluntad, o mejor dicho la voluntad de otro país, tomaremos medidas legales contra ellos y enfrentarán la justicia”.
El primer ministro interino Arseniy Yatsenyuk dijo a la mesa de negociadores que se realizarán conversaciones en todo el país, “en tantas regiones como sea posible”, pero no nombró a ninguna específicamente.
Turchynov presidió la primera de una serie de mesas redondas con líderes religiosos, legisladores, funcionarios del gobierno central y regionales como parte del plan de paz propuesto por la Organización para la Cooperación y Seguridad en Europa, un grupo transatlántico de seguridad y derechos humanos que incluye a Rusia y Estados Unidos.
El líder ucraniano señaló que el gobierno no detendría su ofensiva para retomar las ciudades del este que se encuentran hora bajo el control de separatistas que declararon el lunes la independencia en las regiones de Luhansk y Donetsk, donde residen 6,6 millones de personas. Muchos insurgentes en el este desestimaron los diálogos, que consideraron sin sentido.