Qué hacer con una moto siniestrada o que no funciona

Las personas que han sufrido un incidente, además de secuelas emocionales  y físicas, pueden adquirir también algunos miedos al volante, dado que un accidente que acabe en siniestro total es bastante traumático. Sin embargo todos los psicólogos recomiendan intentar superar esta cuestión de la forma más rápida posible, porque de no hacerlo se corre el riesgo de introducirnos en una especie de espiral donde cada semana que pasa sin poner freno a nuestro problema es una losa enorme que puede resultar imposible de quitar de nuestras espaldas.

Por ello hace poco un grupo de expertos ofreció algunos consejos sobre cómo se puede actuar para evitar ser arrollado por esta situación. Vamos a echar un vistazo a los mismos, para saber qué hacer en un caso como éste.

El primero y más importante coincide, además, con el título que hemos dado al presente artículo. En efecto, tu motocicleta siniestrada tiene que ser vendida. No cabe ninguna otra opción, ni siquiera la que pudiera significar regalarla a un mecánico que sea amigo o darlo a la aseguradora. Tienes que sacarle rendimiento, y para ello nada mejor que acceder a una página Web especializada en el asunto, una donde además de atenderte sean especialistas en desguaces de motos online, puesto que en ella vas a encontrar una cantidad enorme de profesionales que se dedican precisamente a este tipo de compras. Quizá pienses que la tasación que te van a ofrecer no será demasiado alta, pero ese no es el punto más importante. El asunto al que debes prestar toda tu atención dicta que deshacerte de tu moto siniestrada es algo positivo, cierto, pero hacerlo obteniendo dinero lo es aún más, sobre todo porque los psicólogos afirman que utilizar ese dinero para la entrada de otra montura de dos ruedas es lo más apropiado para cerrar el capítulo de forma conveniente.

Otra cuestión que tiene que ver con el asunto es la de la vuelta al asiento del conductor. No es algo baladí, ya lo puedes asegurar, porque se trata de poner coto a una alteración de nuestra cotidianeidad, y ello puede ser costoso en términos de tiempo. De ahí que lo más adecuado sea hacerlo de forma gradual pero cuanto antes, como ya te hemos apuntado con anterioridad. Puede ser conveniente que las primeras veces te acompañe alguien de tu confianza como “paquete”, pero luego tienes que soltarte tú solo. Haz trayectos pequeños y en lugares no muy concurridos al principio, y luego ve aumentando tu autonomía hasta llegar a la independencia más total y absoluta. Llegará un momento en que dejarás atrás tus miedos y preocupaciones y podrás adquirir otra vez un deseo genuino por conducir tu montura de dos ruedas.

Ah, y un último consejo. Los expertos recomiendan no comprarse el mismo modelo de moto. Y si ellos lo dicen, no seremos nosotros quienes los contradigamos… Ánimo, sigue estas modestas indicaciones y supera tu problema. Tu tranquilidad, tu vida diaria y tu autonomía te lo agradecerán.

 

 

 

 

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